Leica: La cámara de calle

Oskar Barnack (1879-1936), un ingeniero alemán y fotógrafo aficionado que trabajaba en la óptica de Ernest Leitz creo una cámara para poder probar las lentes que allí fabricaban y desarrollo una maquina pequeña y de rápido manejo, ya que sufría de asma y le costaba llevar las cámaras de placa y el resto del equipo.

En 1913 realizo un prototipo llamado UR, esta cámara usaba un rollo de película de 35 mm. de formato cinematográfico que tenía perforaciones laterales y permitía enrollar la película en un carrete y de esta manera se podía sacar muchas más fotos a diferencia de las cámaras de placa.

Después de varias pruebas Ernest Leitz, en 1924 empezó a producir en sería la primera cámara a la que le puso el nombre de Leica, tomando las dos primeras sílabas de las palabras Leitz Camera y fue presentada al público en 1925 como el modelo A.
La cámara Leica fue concebida para que tenga un pequeño negativo pero a su vez se podían hacer fotos con una gran nitidez, para esto era necesario que tengan lentes de excelente calidad para que los negativos estén bien definidos.
En 1930 salió a la venta el modelo C de la Leica I Schraubgewinde, la cual venía con 3 objetivos intercambiables.

Estas cámaras se fabricaban a mano pero cuando en el año 1932 salió a la vena la Leica II tuvo una gran aceptación en el mercado y debido a la gran cantidad de pedidos se empezó a realizar el ensamblado de manera industrial.
Paralelamente se desarrollaron mejoras en la películas fotográficas, en 1931 Agfa sacó a la venta la película pancromática y en el año 1934 Kodak creó la primera película B/N en carrete, estas mejoras ayudaron mucho al éxito de las cámaras Leica ya que fueron un complemento que ayudó a que el equipo fotográfico fuera mas liviano y por consiguiente fácil de llevar a cualquier lado.

La creación de esta cámara fue un verdadero hito para la historia de la fotografía, haciendo que la actividad diera un giro de 180 grados, ya que fue mucho más sencillo tomar imágenes en cualquier momento y lugar, con sus continuas mejoras hizo que la marca Leica fuera la preferida de los grandes fotógrafos del siglo XX.